
Nada que decir...
Las palabras sobran...
Beios y simples gestos que dicen más que cualquier palabra...
Flores que siempre son gratamente recibidas...
Labrador de la tierra y de la música,
cultivaste las raíces de las plantas y el folklore,
sembraste la semilla del arte y del amor
y aún la sigues regando con tu alma y tu canción.
Pensabas diferente,
creías en la verdad,
en la fuerza que tiene el pueblo
para lograr la libertad;
libertad para expresarse,
libertad para luchar,
para conseguir justicia,
para alcanzar la igualdad.
Por eso luchaste
con tu voz y tu guitarra,
por todos nuestros derechos,
por lograr que algo cambiara,
a pesar de que supieras
que tu vida terminaba.
Actor y labrador,
poeta con guitarra,
tu voz vivirá siempre
mientras viva nuestra esperanza.